“Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido;
puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver
o puede estar lleno del amor que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío o dar la espalda
o puedes hacer lo que a ella le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir”
(Anónimo Escocés)

31 diciembre 2009

Adios 2009

Otro año difícil que se va y me deja recuerdos agridulces. El primer año de Laura, repleto de momentos maravillosos, que me han ayudado a recuperar la sonrisa y a mirar positivamente hacia adelante, por un lado. Por otro, la muerte inesperada de mi madre que me ha dejado una sensación infinita de desamparo, precisamente en un momento en el que estaba aprendiendo a convivir con el dolor por la pérdida de Anna. Con todo este cúmulo de sentimientos encontrados empiezo un nuevo año. Espero poder ordenarlos todos y darle a cada uno su espacio en mi corazón. No sé el tiempo que tardaré, no tengo prisa.

24 diciembre 2009

Las cosas quedan, las gentes se van...

Hace ya unos meses que tenía en mente esta entrada. Se me ocurrió a raiz de ver el programa de TV3 "El paisatge favorit de Catalunya". Durante varias semanas fueron apareciendo muchos de los lugares que habíamos visitado con Anna y decidí hacer un video con todos esos sitios. Y lo primero que pensé es que la vida sigue, aunque mal nos pese y que los lugares quedan para ayudarnos a recordar, porque han sido testigos de nuestros buenos y malos momentos, momentos felices y tristes y permanecen para ser nuevamente protagonistas de otras vivencias.

Y como la vida continua, me vuelvo a encontrar inmersa en una nueva Navidad y todo lo que ésta trae consigo. Hoy Anna cumpliría trece años y muchas veces intento imaginar como sería en estos momentos. Pero ya hace tiempo que asumí la idea de que, en nuestro corazón, quedará para siempre la niña de diez años, de carácter serio y humor irónico, y que todo esfuerzo por imaginar más allá no acarrea más que dolor y desesperación.

He aprendido a vivir con Anna en mi corazón. Esto no quiere decir que haya superado el duelo (no tengo ningún interés en hacerlo) pero si que me he acostumbrado a vivir con él. Ahora soy capaz de cantar una canción a Laura, de reirme con ella a carcajadas, de escuchar mi música, de disfrutar leyendo un libro, sin sentirme culpable. Y este aprendizaje también me está ayudando muchísimo a superar la muerte de mi madre.

Me gustaría que escucharáis detenidamente la letra de la canción que acompaña el video. Seguramente la habréis oido infinidad de veces pero para Santi y para mi, es ahora cuando cobra sentido.