Con el 2010 se cierra una década en el transcurso de la cual se han marchado dos de las personas más importantes de mi vida: Anna y mi madre, Juanita. Si empezamos el 2000 con ilusión, el 2001 nos trajo la enfermedad de Anna con la que luchamos los siguientes seis años, unos años que, a pesar de todo, no cambiaría por nada del mundo porque intentábamos ser felices agarrándonos siempre a las pequeñas alegrías, a los atisbos de esperanza y a intentar mantener nuestra rutina familiar. En junio de 2007 todo esto desapareció y tuvimos que aprender a vivir de nuevo. Con la llegada de Laura a nuestras vidas la ilusión volvió de nuevo hasta que otra vez el destino nos intentó hundir: en 2009 mi madre fallecía casi de repente, sin darnos apenas tiempo de reaccionar frente a su enfermedad, sin tener apenas tiempo de disfrutar de su nieta. De nuevo intentar sacar la cabeza a flote, un nuevo embarazo, un niño esta vez que llegará en enero.
¿Qué espero para este 2011? Pues ver cómo mis hijos crecen sanos y felices y que Santi y yo tengamos la fuerza necesaria para criarlos.
¿Qué espero para este 2011? Pues ver cómo mis hijos crecen sanos y felices y que Santi y yo tengamos la fuerza necesaria para criarlos.