“Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido;
puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver
o puede estar lleno del amor que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío o dar la espalda
o puedes hacer lo que a ella le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir”
(Anónimo Escocés)

27 abril 2008

Anna y Ferrari


Este fin de semana asistí como comisario al Gran Premio de Fórmula 1 en Montmelo, era una deuda pendiente que tenia del año pasado el cual no pude asistir porque coincidió con el transplante de médula.

Anna siempre había tenido simpatía por el equipo Ferrari desde que tenía unos 3 años y vio la primera carrera por la televisión. Recuerdo que me pregunto: ¿que coche es ese de color rojo? Un Ferrari, Anna. Me gusta por el color. Desde entonces no había año que el fin de semana de la carrera le comprara alguna prenda o recuerdo de Ferrari. Aun recuerdo sus palabras: "Papa este año ¿que me compraras?. No se hija, lo que encuentre. Vale"

Ella toda contenta en el colegio con su mochila, estuche, llaveros todos rojos o con el “caballito enfadado” como le gustaba decir. Aún recuerdo las tardes que salía llorando porque le decían que el “azul y amarillo” ganaba más que el rojo, y yo le explicaba la historia de la marca y que ella llevaba los colores de una marca con historia, no unos colores que más tarde o temprano pasarían de moda. En fin cosas de niños.

No pude evitar llevarme a sus personajes favoritos de Cars ataviados con los colores de su marca, que me acompañaron durante el fin de semana. Durante un instante me pareció que cada vez que pasaba un coche rojo Guido y Luigi sonreían y escuchaba una voz que me decía: " Papa, ¿qué coche es ese de color rojo……………………………?

13 abril 2008

CONVIVIR CON LA ENFERMEDAD III. (2005-2007)

El 13 de abril de 2007 nos llegó la noticia de que había aparecido un donante de médula compatible para Anna. La noticia nos llegó de la manera más inesperada. Durante estos dos últimos años no todo marchaba bien. La esperanza de que el mosaicismo revirtiera el gen afectado y la enfermedad pudiera estabilizarse no llegaba. Anna iba creciendo y su cuerpo cada vez acusaba más la anemia. Durante el 2005 las revisiones continuaban siendo cada mes. Pero a partir del 2006 vimos que todo iba peor: revisiones cada 2-3 semanas, problemas en las venas a la hora de colocar una vía para las transfusiones y ....preguntas. En el Hospital de Día Anna coincidía con muchos niños que realizaban tratamiento, sobre todo de oncología. Tuve que explicarle lo que significaba las palabras "Oncología" y "Cáncer" y tratar de aguantar las lágrimas cuando una vez me preguntó: ¿Pero lo mío no es grave, verdad?.

A finales del 2005 el hematólogo nos dijo que volvían a activar la búsqueda de un donante. Ya se había iniciado una primera búsqueda en el 2001, e incluso habían aparecido dos donantes, pero como los médicos estaban esperanzados con el mosaicismo, no se llevó a cabo el trasplante. Además todo el proceso de acondicionamiento anterior al trasplante había cambiado mucho en estos casi cuatro años y ofrecía más garantías de curación.

Bueno pues ese donante apareció, como he dicho antes, el 13 de abril de 2007. Cuando Santi me llamó al despacho y me lo dijo me eché a llorar...pero no fue de alegría. En mi cabeza tenía grabadas las palabras del hematólogo nada más conocerse la enfermedad de Anna: las posibilidades de supervivencia en un trasplante de médula no emparentado eran de un 60%. Si que sabía que en cinco años todo el proceso había evolucionado mucho, que el donante era totalmente compatible pero el miedo seguía ahí.