“Puedes llorar porque se ha ido o puedes sonreír porque ha vivido;
puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva
o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío porque no la puedes ver
o puede estar lleno del amor que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el vacío o dar la espalda
o puedes hacer lo que a ella le gustaría: sonreír, abrir los ojos, amar y seguir”
(Anónimo Escocés)

06 enero 2008

Queridos Reyes Magos...

Qué día tan triste y silencioso! Santi ha salido un momento a la calle a comprar el periódico pero ha regresado enseguida, con el rostro desencajado, porque se ha cruzado con unos niños que iban contentos a recoger sus regalos a casa de los abuelos.

Siempre hemos vivido intensamente la noche y el día de Reyes. No sólo Anna se levantaba nerviosa a ver qué le habían traido los Reyes Magos. Santi y yo, por la noche, después de preparar todo lo de Anna en el comedor, volvíamos a entrar a oscuras , y colocábamos cada uno los regalos del otro, a fín de mantener la sorpresa hasta el día siguiente. Cuando Anna ya había abierto todos sus regalos, íbamos a casa de mis padres, que viven justo al lado nuestro, y a casa de los padres de Santi que viven en Barcelona. Comíamos todos juntos en casa para que Anna pudiera disfrutar de sus juguetes y para merendar no podía faltar el Roscón. He olvidado a quién le salió el haba el año pasado pero si se que Anna se hizo con el rey.

Los regalos de los últimos Reyes fueron: una muñeca Repollo (todavía conserva su dulce olor), la Nancy espía, el Monopoly de los Simpsons (nos quedó a los tres una partida a medias), la espada de Darth Vader (Anna no era muy femenina), un puzzle redondo de motivo egipcio y una diana electrónica. Además nos pasamos las navidades cantando con el juego de Sing Star que le regalaron para su cumpleaños.

El pasado año fue un poco diferente. Anna y Santi fueron al concierto que el grupo Rebelde dió en Barcelona. Después de pensarlo mucho, por el día en el que se celebraba, le regalamos la entrada el día de su cumpleaños. La acompañó Santi y fueron con Paula, una de sus mejores amigas del cole y su padre. Ahora, cuando lo recordamos, nos alegramos de que fuera. Con Anna no se podía decir nunca "ya lo haremos mañana " y menos "ya iremos el año que viene".

La foto que aparece en esta entrada es del año 2000. Anna acababa de cumplir cuatro años.

2 Vuestros comentarios:

Antonio dijo...

La verdad que ha sido el peor día de estas fechas. El más vacío de todos. Ahora que han pasado las navidades empiezo a sentirme peor que antes. tendría que poner aquí un comentario positivo, pero es que me encuentro así, Esther también nota lo mismo.
Antonio.

Anónimo dijo...

La Navidad la verdad es que nos ha cansado a todos, empezamos con ilusión, pero tanta celebración acaba por cansar un poco. Pero ya pasó, pasó nuestra primera Navidad sin ellos y aquí seguimos, luchando, autenticos HEROES, como dice Anji Carmelo, autora de libros sobre duelo. Yo me quedo con el pensamiento que esta Navidad nuestros hijos han estado en el corazón de mucha gente, i sobtetodo en el nuestro, y nos han hecho sentir la Navidad profunda, la de todos aquellos que nos quieren y han sufrido con y por nosotros.A ellos dedico nuestra Navidad!
Un besazo
Anna y Nacho